El sistema de estadificación más comúnmente utilizado para el cáncer de páncreas es el sistema TNM del American Joint Committee on Cancer AJCC. Este sistema se basa en tres aspectos fundamentales:
- Tamaño y extensión del tumor (T): Evalúa el tamaño del tumor y si se ha propagado fuera del páncreas hacia los vasos sanguíneos cercanos.
- Involucramiento de ganglios linfáticos cercanos (N): Determina si el cáncer ha alcanzado los ganglios linfáticos adyacentes y, de ser así, cuántos de estos están afectados.
- Presencia de metástasis a sitios distantes (M): Analiza si el cáncer se ha diseminado a ganglios linfáticos o a órganos distantes como el hígado, el peritoneo, los pulmones o los huesos.
Este sistema, en vigor desde enero de 2018, es utilizado para la mayoría de los cánceres de páncreas, excepto para los tumores neuroendocrinos bien diferenciados, que cuentan con su propio sistema de estadificación.
La estadificación se realiza principalmente utilizando la etapa patológica, que se determina mediante el examen del tejido obtenido durante una cirugía. Sin embargo, si el tumor es inoperable o no puede ser extirpado de inmediato, se utiliza la etapa clínica, que se basa en los resultados de exámenes físicos, biopsias y estudios de imágenes. Aunque la etapa clínica puede ser útil para planificar el tratamiento, a veces puede subestimar la extensión real del cáncer en comparación con la etapa patológica.
Los números y letras que siguen a las categorías T, N y M proporcionan detalles adicionales sobre cada factor. En general, números más altos indican un cáncer más avanzado. Una vez que se determinan las categorías T, N y M, esta información se combina para asignar una etapa general mediante un proceso llamado agrupación por etapas.
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